Hay días que no apetece tanto
comer chocolate, para esas ocasiones os proponemos una Crema de limón, que
puede servir para rellenar tartas, cupcakes... o simplemente comérsela a
cucharadas porque ¡está buenísima!
Se mezcla en un cazo el azúcar, la ralladura de
limón y la mantequilla. Y se pone todo al baño María.
En un bol aparte, se baten ligeramente los huevos y
se añade el zumo de limón. Y se une esta mezcla a la primera.
Se mantiene todo al baño María entre 10-15 minutos.
Removiendo de vez en cuando hasta conseguir la consistencia deseada, que será
como unas natillas.
Si consideramos que se queda demasiado líquida se
puede añadir un poco de maizena (harina de maíz), cuando aún tengamos la mezcla al baño María,
pero con cuidado porque podría espesar demasiado y perder la apariencia de
crema aunque el sabor siga siendo delicioso.
Aunque también tenemos que considerar que una vez
realizada la crema, debemos esperar a que se enfríe para poder trabajar con
ella. Una vez fría observaremos que su consistencia habrá cambiado y será un
poco más espesa.
Otra opción para conseguir darle más cuerpo sería montar nata y mezclarla con nuestra crema. De esta manera se
suaviza el sabor del limón y nos facilita el trabajo con la manga.
Nosotras solemos usar esta mezcla (crema de limón +
nata) para rellenar tartas y decorarlas, como esta que os muestro. Se trata de
una casita, formada por planchas de bizcocho relleno de crema de limón, cuyas
paredes están hechas con Galletas de mantequilla (también caseras).
Los detalles, como el tejado y los arbustos, están hechos con manga y también son de crema de limón teñida con colorante alimentario. Al igual que
los ladrillos de las paredes, pintados a mano alzada con colorante también. Por
último, la puerta y las ventanas están hechas de fondant.
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