Hace tiempo os mostramos esta misma receta, la podéis ver aquí: Gachas de la Abuela. Pero hoy os traemos una versión mejorada y un poco más precisa.
Es una receta clásica para el Día de los Santos, al menos en la zona donde vivimos nosotras, Córdoba (Andalucía). ¡Contadnos! ¿Qué es lo típico para estas fechas en vuestra tierra?
Los ingredientes siguen siendo los de toda la vida. En las siguientes proporciones:
Y el paso a paso... ¡el que ya seguía mi abuela!
Primero ponemos en una sartén profunda el aceite con la ralladura del limón. Cuando el limón este tostado colamos dicho aceite para retirarlo y volvemos a agregarlo a la sartén.
Incorporamos la harina y removemos hasta que se fría un poco, sin dejar de remover. ¡Repito! sin dejar de remover. Hasta que pierda su color blanco característico. ¡Es muy importante tostar la harina!
Por último le añadimos el azúcar, el anís y la leche. Sin dejar de remover en ningún momento y con paciencia hasta que consigamos la textura de una crema, pero ligeramente más densa.
¡Recordad! No dejar de remover o se quemarán y se pegarán al fondo de la sartén.
Ya sabéis decoramos con canela en polvo y cuscurros de pan frito. ¡Corre a por una cuchara!
*el truco - trampa de esta receta... podría ser que si no conseguimos una textura lisa, sin grumos, una vez hechas, antes de emplatarlas, las pasaríamos por la batidora. Pero... ya no estaríamos siendo fieles al verdadero procedimiento.
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