Un día te apetece hacer flan… tortitas… y para acompañarlos
necesitas Caramelo. Pero no tienes… es Domingo y todo está cerrado… ¿Solución?
Hacer Caramelo casero.
El día que decidimos arrancarnos con esta receta, nuestra
intención era completar la decoración de una tarta, y solo emplear materiales
comestibles. Y después de comprobar el magnífico resultado conseguido la
archivamos para complementar futuras recetas.
*Vamos aumentando las cantidades proporcionalmente en
función de cuanto caramelo queramos conseguir. ¡Más vale prevenir que curar!
Así que, siempre es mejor hacer de sobra.
Vertemos en un cazo antiadherente el agua y el azúcar y lo
ponemos a fuego medio. Vamos removiendo de vez en cuando para que el azúcar se
derrita, el tiempo necesario dependerá de la cantidad de ingredientes que
estemos empleando. Cuando observemos que tiene una textura espesa, como de
cera, estará listo.
Entonces tendremos que esperar a que temple para poder
utilizarlo, pero sin esperar demasiado a que se enfríe porque entonces se
endurecerá y será imposible emplearlo.
Si vuestra intención es usarlo para decoración como hicimos
nosotras. Tenéis que extender sobre la encimera una hoja de papel vegetal, y
sobre ella con cuidado verter el caramelo cuando esté templado dándole la forma
que se desee. En nuestro caso unos nidos. Es fundamental conseguir la
temperatura adecuada para trabajar el caramelo, para comprobar si está
perfecta, tienes que dejar caer un poco de caramelo en el papel y si se
dispersa en forma de gotitas aún estará demasiado caliente, sino, estupendo.
Para hacer los nidos, fuimos dejando caer hilos de caramelo
sobre un cazo. A los pocos segundos, pero cuando aún el caramelo estaba blando,
lo retiramos del cazo, con mucho cuidado, y dejamos que se enfriara teniendo ya
la forma adecuada. Si dejáramos que se enfriara estando aún sobre el cazo,
hubiera sido muy complicado despegarlo después.
Lo más difícil de este proceso es conseguir la temperatura
adecuada, ser capaces de trabajar rápido y conseguir la forma deseada.
Si intentáis hacerlo en casa, tened mucho cuidado al manejar
el Caramelo porque puede quemar mucho. ¡Y no queremos accidentes!
Como se trataba de una tarta un tanto "rústica", optamos por cubrirla con chocolate y añadir sobre ella crocanti. Los pollitos y las flores son de fondant, y el nido ¡Caramelo!.
Srta. Cookies*